miércoles, 26 de octubre de 2011

ANTES DE LA LLUVIA (BEFORE THE RAIN)



Tengo que admitirlo. Me he quedado prendado de esta película. No me esperaba gran cosa, sinceramente. Por muchos premios que tuviera a sus espaldas (incluyendo el León de Oro del Festival de Venecia en 1994), tenía el presentimiento de encontrarme con un bodrio que la “crítica” especializada había alzado al olimpo de obras maestras. No es por nada, pero este año ya me ha pasado unas cuantas veces.

Gracias al cielo me equivoqué. Y tanto que me equivoqué. Antes de la lluvia (1994) es un grandioso canto, o mejor dicho llanto, a la desesperanza. Es todo sutileza, poesía y tristeza. Es una oda permanente al odio. Odio que enfrenta a pueblos y religiones. Pero que  también destruye al hombre en su interior, convirtiéndolos en animales.


Hasta ahora tenía a Underground, de Emir Kusturica, como la película definitiva sobre la guerra de los Balcanes y  sus consecuencias. El tono desenfadado y surrealista de la misma me llegó muy profundo, logrando que comprendiera la gravedad del asunto con una pequeña sonrisa en los labios. A pesar de todo, un halo de esperanza recorría la filmina.
Antes de la lluvia es el contrapeso perfecto. Nos muestra la realidad tal y como fue (o como el director recuerda), y no hay cabida para la alegría, por mucho que nuestros protagonistas se empeñan en buscarla.

La sentencia principal del film resume perfectamente el espíritu del mismo: “el tiempo no muere jamás, el circulo nunca se completa”. Por mucho que nos empeñemos, las cosas seguirán como siempre. No habrá punto final. Incluso después que la lluvia empiece a caer. 

 
Un director novel macedonio, Milcho Manchevski, fue el responsable de parir esta magna obra. Es extraordinario ser testigo del dominio del tempo que tiene sobre la historia. Parece un ritmo lento, pero no es así. El señor Milcho nos dosifica el cuento en pequeñas píldoras para que nunca perdamos el interés. Quiere que nos involucremos con la historia pero también con los personajes. Quiere mostrarnos la realidad de lo que pasa en su país y la realidad entre personas y sus sentimientos. Dejar conocer.

Antes de la lluvia está dividida en tres episodios: Palabras, Rostros e Imágenes. Todas ellas historias de amor cortadas por la violencia de la guerra y el odio que de ella surge.

En Palabras, nos encontramos el relato de un joven monje macedonio con un estricto voto de silencio, que refugia sin que nadie más lo sepa a una pequeña niña musulmana de origen albanés. El amor entre ellos surgirá y nuestro protagonista deberá decidir su futuro junto o sin ella.


Rostros nos traslada de Macedonia a Londres. La joven Anne, se encuentra en una encrucijada. Debe decidir a qué hombre amar: si a su marido o su amante macedonio, reportero de guerra y compañero de trabajo de su agencia. La decisión no será nada fácil.


Por último, Imágenes cierra con maestría esta esplendida película. El amigo fotógrafo vuelve a su Macedonia natal para encontrar la paz que necesita. Aunque también intentará conquistar a su amor de juventud. Sin embargo, se encontrará con una tierra muy cambiada, que incluso le es hostil.


¿Qué decir de cada una de ellas?. Todas tienen su punto. Es posible que la segunda historia nos sea más cercana, porque transcurre en Londres en vez de en una tierra lejana. El dolor que Anne sufre es algo que podemos ver en nuestro día a día, y enseguida nos ponemos en su pellejo. Los escasos 30 minutos de Katrin Cartlidge son para enmarcar.

A pesar de todo, ya sabéis que a mi me va lo raruno. Es por eso que conecté mejor con los dos episodios que transcurren en Macedonia.

El primero es algo más especial por la falta de diálogo del protagonista; obvio por otra parte debido a su voto de silencio. Por eso tiene mucha miga el título del episodio: Palabras. Todo lo que el joven célibe deja de decir por su boca, lo expresa con miradas. Miradas de amor y cariño hacía su pequeña protegida. Y también de arrepentimiento y miedo por el caos que trae consigo al convento. Muchas veces el lenguaje corporal muestra más que un conjunto de ideas expresadas.

Y llegamos al tercer acto. Punto culminante de la filmina. Y lo es por dos motivos especiales: se logra transmitir la “belleza” de una tierra yerma que lleva años en lucha continua, y el ángel que lleva consigo el señor Labina Mitevska.


Seguramente os estaréis preguntando quien es este tipo. Por el nombre obviamente no tendréis ni idea, pero os puedo asegurar que si veis una foto suya en Google, enseguida lo situaréis en dos o tres películas, haciendo siempre de malote del Este.
Sin embargo, aquí cambia de tercio, y se te caen los cojones al suelo por su interpretación.
Despreciando todos los avisos ajenos, vuelve a su pueblo, donde alguna vez se sintió con vida. Aunque lo que se encuentra no es nada halagüeño, intenta ver el lado positivo de la vida y tirar hacia delante. Y es en este intento cuando trata de conseguir al amor de su vida: una bella musulmana.

Lo más mágico de su interpretación es el momento en el que asume su implicación en el conflicto. -Tienes que decidir- le dicen. –Hay que ser de un bando-. Él, como reportero de guerra, dice no implicarse, pero debido a un episodio trágico, finalmente se descubre a si mismo que si que se ha implicado. Y por ello un hombre esta muerto. 


Lo profundo de esta reflexión va más allá de la película. Es una reflexión genérica sobre cualquier conflicto. No puedes quedarte parado. Nos demuestran que, queramos o no, tenemos que tomar partido de ello.

Hay muchas cosas que se me quedan en el tintero, pero sería dar vueltas al mismo torno. Sobradamente esta película entra directa en el top five de lo que he visto durante el año. Os la recomiendo encarecidamente que la veáis. Es una película triste, pero merece la pena.

sábado, 22 de octubre de 2011

BLOOD SIMPLE (SANGRE FÁCIL)



Suele pasar que, ante el visionado de un ópera prima, saquemos las navajas a relucir a atestemos puñaladas sin compasión. O peor incluso. Nos bajemos inmediatamente los pantalones antes el “genio” de turno sin merecerlo en absoluto, debido a cualquier campaña mediática que lleva consigo.

Las cosas hay que tomarlas en su justa medida. Pero, ¿qué sucede si nos encontramos con la película de un novato, y sus consiguientes fallos propios, que trata de innovar un género con patrones muy claros?. Que el experimento queda a medias.
Esta es la sensación que me dio la presentación en sociedad de los hermanos Cohen, hoy auténticos gigantes de la cara más independiente de Hollywood (y a veces, no tan independiente). Blood Simple sale ganando por los puntos, pero no me pareció la película de culto que me trataron de vender.

Ganadora del premio del jurado en el festival de Sundance de 1985, nos encontramos ante un ejemplo de buen cine negro. Sin embargo, según avanza el metraje, los giros del guión, la complejidad de los personajes, y la potencia de las imágenes nos llevan a un mundo interior propio muy alejado de los grandes clásicos de los años 50. Estas características explotarán en su plenitud 11 años más tarde con la maravillosa Fargo, auténtica obra maestra de los hermanos.


Historia minimalista, nos presentan cuatro personajes principales y casi únicos a lo largo del film. El dueño de un bar sureño con agrio carácter, Julian Marty, cree que su mujer Abbie la está engañando con uno de sus empleados, Ray. Sus sospechas le llevan a contratar al detective privado Loren Visser (grandísimo M. Emmet Walsh). Cuando este confirma que el mancebo está cubriendo a su delicada esposa, ciego por la ira, decide que es hora de darle matarile a los dos. Pero no todo saldrá como quiere. A veces, los deseos se tornan en pesadillas.

Partiendo de esta fácil premisa, Joel Cohen nos deleita con una filmina agobiante. Podemos respirar y sufrir el tórrido calor de Texas. El sudor de los personajes nos impregna, como su mezquindad. Desde mi punto de vista, esta es una de los grandes bazas de la película. Dotar al ambiente de protagonismo casi absoluto. 


Pero hay otras cosas a destacar. Las imágenes poderosas de contraluces entre amante y marido son grandiosas. También los planos fijos que, poco a poco, van llenándose de colorido y buen gusto cinematográfico. Por no hablar de toda la escena del coche. El agobio es compañero continuo del protagonista. Parece que el clímax nunca vaya a acabar. Hay escenas que logran estirarse de una manera magnífica sin que se pierda ni un ápice de tensión. No sobra nada. 


Destacar la interpretación femenina no estaría de más. Nos encontramos con una jovencísima Frances McDormand (está hasta buena!) hierática ante los acontecimientos. Podría haber exagerado muchísimo más su personaje, pero logra compensar muy bien sentimientos de dignidad, escepticismo y amor. Es el punto de equilibrio entre los extremos que representan los personajes masculinos: odio, ira y venganza.


Por supuesto no me voy a olvidar de ese auténtico detective privado texano: gordo, sudoroso, xenófobo y cínico. Muuuuuuy cínico. Es la guinda del pastel para los espectadores. El toque más “Cohen” de toda la película. Es un tipo que nos cae simpático por su bonachonería, pero en el fondo sabemos que es un hijoputa y de los grandes. El seño M. Emmet Walsh, secundario toda su vida, borda el papel. 

Entonces, ¿por qué no me ha terminado de convencer?. Porque, a pesa de contener escenas bien trenzadas, el guión se sostiene con chinchetas. Hay detalles un tanto forzados que son metidos a calzador para que la historia salga para adelante. No sé. Es como si estuviera viendo una serie de buenos cortometrajes con una conexión entre ellos tirando a débil. Pistolas que de repente aparecen por arte de magia, pescados podridos,… . 


Al igual que antes hemos destacado algunas interpretaciones, también hay que hacer especial mención a la cara de palo que se gasta Ray durante toda la película. Creo que es el ser más inexpresivo que he visto en mucho tiempo. Cuando el está en escena, la película se vuelve más lenta y aburrida. Gracias a dios, da la talla en la escena del coche, porque sino hubiera sido su entierro profesional por los siglos de los siglos.

Pues eso es todo, señoras y señores. Es probable que todo el comentario les resulte un tanto ambiguo, pero estoy intentando evitar el destripar alguna parte de la película. A veces es bastante difícil dar una opinión sin basarse en algo muy concreto del film. 


Así que no se lo pienses. Alquilarla o descargarla y obtener vuestra propia conclusión. La mía es clara: no fue un mal comienzo pero sus obras posteriores superaron con creces a esta Blood Simple.

Ale. Portarse bien. Sed buenos.

P.D: No he visto todavía el remake que Zhang Yimou ha hecho sobre esta filmina. Tiempo al tiempo.

sábado, 15 de octubre de 2011

GANADOR FESTIVAL DE SITGES 2011: RED STATE


Ya tenemos ganador definitivo de la 44ª edición del Festival Internacional de Cine de Catalunya. Y agarraos los machos porque hay sorpresa. Aunque la película iba muy bien encaminada a conseguir este galardón. Crítica y público han aceptado de buen grado a Red State (2011) 


La sorpresa es por el director de esta película. El chico preferido de New Jersey: Kevin Smith. Me alegro muchísimo por su triunfo, ya que el director que reinventó la comedia americana en los 90 con tres pedazo de filminas como Clerks, Mallrats y Chaising Amy (esta última es brutal), estaba cayendo en el pozo del olvido con sus últimas películas, no demostrando su gran clase, y sobre todo su inteligencia para escribir diálogos. 


Ahora cambia de registro. Se introduce de lleno en el terror psicológico y la violencia. Grosso modo, la película trata el tema de sectas religiosas sedientas de sangre. Tres chicos salen a la carretera para beneficiarse a una señora madura que tenía un anuncio en una sección de contactos, pero todo se torcerá y la pesadilla dará inicio. Es una película en la sabemos que los malos son muy malos, pero los buenos son casi peores.

Terror. Velocidad. Violencia. Y también humor. No sería una película de Kevin Smith. A pesar de lo cruel que es el tema, siempre intenta introducir el chascarrillo oportuno. O directamente una critica ácida contra el sistema y educación estadounidense.

Os dejo aquí el trailer para que le echéis un ojo. Yo ya estoy esperando a que la pongan en los cines.


Señor Smith. Muchas felicidades. El buen trabajo lleva a la recompensa.

Ale. Sed buenos. 

P.D: Siempre lo recordaré junto a su inseparable amigo.


jueves, 13 de octubre de 2011

SYMPATHY FOR LADY VENGEANCE



Es muy complicado presentar algo tan instintivo y animal como la violencia de una forma poética. Creo que es fácil caer en tópicos y clichés continuamente. Ofrecer carnaza al populacho sin ningún tipo de reflexión posterior. Queremos ver hostias y sangre, y punto pelota.

Park Chan-wook consigue huir de esta premisa. Su Trilogía de la venganza muestra en toda su crueldad, lo retorcido y brutal que es el ser humano. Sin embargo, nada es gratuito. Todo tiene un significado. No son excusas, pero podemos llegar a entender por qué el protagonista se comporta de este modo, e incluso entenderlo. Si además, todo esto viene aderezado con una técnica envidiable e ideas imaginativas, nos encontramos ante la mejor trilogía del siglo XXI. 


Por todos es conocida la segunda película de esta trilogía. Es la archifamosa Oldboy. Quizás la más salvaje de las tres partes. Por cierto, Spike Lee está preparando para 2012 un remake americano (¿Por qué, señor?. ¿Por qué lo permites?).
Pero hoy no nos centraremos en esa maravilla, sino en el film que cierra la serie. Desde mi punto de vista, menos violenta que Oldboy, pero más filosófica (y a veces, petulante) que Symphaty for Mr. Vengeance.

Sympathy For Lady Vengeance (2005) es una historia de odio y redención. Es la historia de Kum-ja, una joven que ha tenido que pasar 13 años en prisión después de confesar el crimen de un niño que conmocionó a la sociedad. Sin embargo, ella sabe que no es culpable. Y es durante su cautiverio cuando planea perfectamente su sangrienta venganza. Kum-ja la buena o Kum-ja la bruja la apodan. Da lo mismo. Nadie puede negarle un favor después de salvar varias vidas dentro de la cárcel. Una vez fuera de prisión no hay vuelta atrás, y llevará a cabo su plan cueste lo que cueste.


Después de ver la trilogía entera, no puedo negar que el guión se sostiene por si solo. No te permite distraerte. Sin embargo, a diferencia de sus predecesoras, tiene algunas lagunas y puede llegar a naufragar en determinados momentos. Se puede achacar a que el director ha querido poner por delante la psique de la protagonista y sus demonios interiores antes que la historia. Por lo que nos perdemos del relato, conocemos más a su protagonista.

Toda la filmina gira en torno a ella. Nada sería lo mismo sin esa alma perdida. Las dos caras de la moneda perfectamente presentadas. El ángel y el diablo. No es de extraña que la actriz Lee Yeong-ae se llevase varios premios por su papel, desde la copa Volpi de Venecia hasta la mejor actriz en el festival de Sitges. 



Y es que la interpretación es majestuosa. Nos lleva del dramatismo por el encuentro con una persona especial (no os quiero joder la peli) al terror absoluto, cuando no muestra ningún atisbo de perdón a la hora de ejecutar a sus victimas, de una manera totalmente natural. Nos hace cómplices de sus decisiones y la apoyamos sin dudarlo. Creemos que esos cabronías tienen que morir. Todo este concepto se refrenda en la última parte del film, cuando consigue que unos muchos lleven a cabo la venganza de una sola. Lo entenderéis cuando terminéis la cinta.

El resto del reparto no sobresale en absoluto, pero le da empaque a la historia. Las amigas de la cárcel, padres y madres sedientos de sangre por la pérdida de seres queridos, un comisario de policía que desea ponerse de su lado pero su ética lo impide,… . Todos aportan un rol corto pero fundamental, para que nuestra “heroína” consiga su objetivo.


Y junto a la información que nos otorgan los secundarios, la mezcla de historia lineal con recurrentes flashbacks, consigue definitivamente que no nos perdamos en ella de manera abrupta. La estructura del guión parece muy manida, pero es la necesaria para conocer los interrogantes sobre el comportamiento de la chiquilla.

Os preguntaréis por qué algo tan truculento (porque lo es, no nos engañemos) puede calar profundo. La respuesta es sencilla. Su creador realiza un ejercicio visual envidiable. Utilizando fondos con colores planos y una luz tenue, nos transporta a lugares oníricos. Lugares que parecen salir de la mente de Kum-ja. Son esos momentos de monólogo interior los que dotan a la película de una especial poesía. 


Con ello, también deberíamos resaltar la importancia de la banda sonora en la filmina. Música minimalista y suave adorna escenas de auténtica violencia. El contraste es brutal y el resultado encomiable. Es verdad que la música es uno de los puntos fuertes comunes durante toda la trilogía. Y eso que se contó con distintos colaboradores para cada una de ellas.

Os aconsejo profundamente que la visionéis. No esperéis encontraros un Oldboy II. La tralla ahí mostrada no creo que vuelva a repetirse en la filmografía de este director. Para mí, esa ha sido su obra maestra. Pero la película que hemos tratado le sigue a la zaga. No os la podéis perder.


Ladies and Gentlemen. Portarse bien. Sed buenos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

CIGARETTE BURNS (MASTERS OF HORROR SERIES)



“John Carpenter’s…” es una marca de agua por si misma. Una coletilla que graba a fuego un estilo de cine. Tanto para lo bueno como para lo malo. Y es que la carrera del rey indiscutible de la serie B norteamericana siempre ha sido una montaña rusa. Engarzando películas terroríficas, salpimentadas con comedia gruesa, con auténticos sinsentidos.

Siendo sinceros, en la última década, el maestro Carpenter no estaba realizando grandes filminas que dijéramos. Dos mondongos del tamaño de Vampiros y Fantasmas de Marte, y un intento fallido de resurrección del joputa Bob "Snake" Plissken, casi acaban con su carrera. De hecho, yo estaba convencido que así era.


Pero, como dice el refranero, “el que tuvo, retuvo”, y ha sido a través de la TV donde hemos podido disfrutar como gorrinos en charca del mejor Carpenter de los últimos tiempos.

Hace cinco o seis años, la cadena norteamericana HBO le pidió a Mick Garris, un mindundi cuyo mayor éxito había sido Critters 2 (cágate lorito), que se encargase de realizar una serie de terror al estilo Amazing Stories. Capítulos de terror de una hora de duración, sin ningún tipo de censura. La casquería y el mal gusto podían campar a sus anchas.

De esta forma el señorito Garris, tiró de agenda y comenzó a llamar a grandes del género: Tobe Hooper, John Landis, Dario Argento, Joe Dante, Takashi Miike, etc… . La serie tuvo un éxito relativo y se llego a hacer incluso una segunda temporada.


Con su capítulo, el artista John Carpenter vuelve a darlo todo. Cigarette burns (2005) es sin duda la mejor historia de la temporada, y lo mejor que ha parido su creador durante la primera década del siglo XXI. Si el metraje se hubiera alargado hasta los 90 – 100 minutos, seguramente tendríamos en nuestras manos a una posible ganadora del festival de Sitges.

La historia tiene miga. Un pobre diablo llamado Kirby Sweetman regenta un cine de poca monta. El negocio no es que le vaya muy bien. Sin embargo, el muchacho está pluriempleado. En sus ratos libres, se dedica a buscar películas extrañas para ricachones a cambio de mucha panoja.

Un día, un hombre muy extraño, Mr. Ballinger, le contrata para que encuentre una película maldita: La fin absolue du mond. La leyenda detrás de esta filmina acojona: en su estreno en el festival de Sitges hubo una cuantiosa cantidad de muertos durante su proyección (como dice Mr. Ballinger, “el olor a sangre quemada inundaba toda la sala”). En los años siguientes, volvieron a sucederse las carnicerías cada vez que se intentaba montar un pase. Su halo de película “viva” se acrecentó a lo largo de los años, asociándola directamente con la muerte.  


Kirby no tiene más opción que aceptar el encargo de encontrar la única copia existente. Sin embargo, a medida que avanza hacía ella, descubrirá que no solo es el visionado del film lo que tiene un efecto devastador, sino el mero hecho de conocerla y acercarse a ella. El muchacho se introducirá en un mundo de paranoia, muerte y dolor. 


¿Cómo se os queda el cuerpo?. Bien, no?. Pues en medio de todo este jaleo, Carpenter saca a relucir todo lo que ha hecho de su filmografía una delicia. Mucha tensión, momentos gore concretos, un objeto maldito que no representa la muerte y lo más oscuro, sino que propiamente lo es. Y sobre todo, un protagonista que se redime por el camino, hasta descubrir la verdad.

Los momentos de charcutería son cortos pero intensos. Lo justo para que tengamos que poner muecas en la cara. El guión es perfecto para la duración de la peli. Poco más puedes hacer en 58 minutos. Y como siempre, una música digna para lo que vamos a ver. 


Pero de todo, me quedo con la imaginación que ha tenido el cabrito del director para crear toda la historia de La fin absolue du mond. La película como ser vivo y, finalmente, puerta a un infierno personal, me pone la piel de gallina. Sin olvidarnos, obviamente, del extraño ser blanco que Mr. Bellinger tiene secuestrado en su casa.
Es más. Si buscáis por internet, veréis que esta invención tiene casi más seguidores que el propio relato de la serie. Increíble pero cierto.


Ale. Os dejo que la disfrutéis. Si luego queréis enganchar con el resto de capítulos de la serie, seguramente pasaréis un rato divertido. Pero ni de lejos llegan a la altura de la que hoy hemos tratado.

Portarse bien.

lunes, 10 de octubre de 2011

FLEJOS Y (RE)FLEJOS



Que el nivel de los cortometrajes en España es envidiable no es ningún misterio. Que cada vez se hacen más y mejores es de aplaudir. Que las oportunidades que tienen estos creadores dentro de su propio mercado son realmente escasas, también es conocido y detestado por todos.

He aquí un caso claro de cómo un gran corto ha sido ninguneado por el festival de Sitges, yendose de vacío y premiando otros proyectos de menor calidad. Pero ya se sabe: en esta vida tienes que tener amigos hasta en el infierno.

Flejos y (re)flejos (2010), corto realizado y escrito Roberto López, es una muestra perfecta del gran talento que tienen los realizadores españoles. Cineastas que quieren ofrecer algo fresco y nuevo, tratando de competir con blockbusters infames de temporada. 


El germen del corto puede resultar no ser novedoso. ¿Hay alguien detrás del espejo?. ¿Soy yo mismo o tiene vida propia?. Ya hay películas que se han acercado a esta idea. Sin embargo, Roberto lo trata de una forma diferente, mezclando dos historias paralelas con dos estilos cinematográficos distintos. Y le sale de perlas.

Os dejo el link para ir a la página web de la película, la cual tiene un artwork que me ha molado mucho.

Gastaros 10 minutos que merece mucho la pena.

Ale. Sed buenos.

sábado, 8 de octubre de 2011

EL ÁRBOL DE LA VIDA (THE TREE OF LIFE)



Nos encontramos ante un hecho insólito. Puedo jurar un millón de veces que nunca me hubiera imaginado a una película como The tree of life (2011) haciendo la mejor recaudación en taquilla durante el fin de semana de su estreno. Y que su tirón siguiese durante las siguientes semanas.

Y estoy extrañado porque no es una película que se preste a ello. Si no hubiera sido por su excelente campaña de marketing (reconozcámoslo, ha sido brutal), por el nombre de su protagonista (no meto a propósito al director porque no es un gran conocido para la inmensa mayoría) y por haber ganado el festival de Cannes, la gente que quisiera verla se tendría que haber desplazado a los cines Renoir en Zaragoza. Un cine minoritario para “freaks cools”, o algo parecido.

Si. Ok. Muy bien. Pero…¿la filmina es buena o es una mierda?. Pues miren, amigas y amiguetes. La respuesta a esta pregunta es tan subjetiva como opinar sobre el conflicto Palestino-Israelí.

Personalmente, y honestamente, creo que es una película bastante difícil de ver. Pero también, y que vaya esto por delante, una de las razones por la que nos puede resultar insoportable es la falta de costumbre a consumir este tipo de cine. Cine lento (si, a veces muuuuuuuuuy lento), pausado, sin dialogo, (o directamente con pajas mentales), introduciéndonos en un mundo onírico donde los fotogramas no nos quieren contar absolutamente nada,  pero si ofrecernos una sensación. 


Esto es lo que Terrence Malick nos oferta durante la primera y última media hora. Una serie de fotogramas o idearios, donde nos cuenta el origen y fin del mundo. Pero con un fin último: una visión de nuestra propia vida. Y cómo el amor es el motor que nos tiene que mover desde nuestra cuna a nuestra tumba.
Ese fue el detalle con el que me quedé. Por supuesto, lo obra está abierta para la interpretación individual de cada uno. Al fin y al cabo, eso es lo maravilloso de esta clase de films. Cada uno se lleva un run-run a casa, aunque la película le haya parecido una mierda.

¿Si me gusto esta parte?. Pues no voy a engañar: me gusto. ¿Lo hago por gafapastismo?. En absoluto. Durante los dos últimos dos años me he tragado auténticos mondongos de Alain Resnais; he sufrido en mi sofá como si fuera un potro de tortura con las rayadas de Víctor Erice, o he apagado la tele a los cinco minutos con pestiños de Pier Paolo Passolini.

Sin embargo, me ha emocionado la poética de Tarkovsky; he llorado con los dramas de Krzysztof Kieślowski, o he alucinado pepinillos con las fumadas de David Lynch.
Es por esto por lo que digo que me gustó la parte más poética de la película de Malick. Después de tragarme mucha mierda y ver de vez en cuando autenticas maravillas, lo que grabó y con que técnica lo grabó me resulta grato para mis sentidos. No quiero darle más vueltas (porque tampoco las hay). Me agradó y punto. 


¿Pero, con que clase de bazofia han rellenado la otra mitad del film?, os preguntaréis. Pues mirad. La historia que refleja en el medio me ha parecido uno de los mejores dibujos sobre la niñez que se han realizado en la historia del cine.

El director nos pinta el siguiente cuadro. Años 50. La americana profunda. Familia americana de clase media con dos polos totalmente opuestos: un padre autoritario que no da síntomas de cariño hacia sus vástagos y madre totalmente entregada a sus cachorrillos.


A partir de estos trazos, contemplamos la evolución personal de todos ellos, sobre todo de los dos hijos mayores. De la rebeldía creciente hacia el poder establecido por el padre. Del amor incondicional hacía su madre como salvavidas a una vida puñetera. De envidias y protección mutua entre ambos hermanos. Todo ello narrado con una clase brutal. Esta hora me pareció cine del bueno, sin trampas ni cartón. Narrado de una manera muy lenta pero efectista hacia mis ojos.

En este tramo todos los personajes están muy bien trabajados. Sientes rabia por como Brad Pitt asume el rol de cabronías, tratando de inculcar a sus hijos que este mundo es una mierda, que tienes que ser más perro que el otro. Eres tu o ellos. Sin embargo, Jessica Chastain les enseña la visión contraria: que en esta vida solo puedes sobrevivir con el cariño de los otros. Ama y serás amado. Y con ello, podrás ser feliz.


Y en medio de los dos extremos, nuestros tres pequeños infantes. Protagonistas absolutos de la parte central del film. Para recordar, el momento en el que el rubiete le manda a su padre callar en la mesa, o cuando el hermano mayor le incita al hermano pequeño a pegarle. Es puro cosmos infantil. Son cosas que, en mayor o menor medida, las hemos vivido nosotros mismos. Pero hasta ahora, nunca nadie lo había  retratado de este modo tan claro ni tan poético a la par.

No quiero entrar en apartados técnicos ni melonadas del estilo. Ya sabemos que la fotografía es impresionante, que el manejo de la luz es brutal bla bla bla. Coño, se trata de Malick, y creo que no tiene ninguna película mala en ese aspecto.

Pararé aquí de comentar. Seguir sería caer en fumadas mentales que no vienen al caso. La opinión última sobre The tree of life la tenéis vosotros. Recomendaros que si no habéis visto muchas películas de este estilo, ni os molestéis en ir al cine. Tiraríais el dinero. Es preferible que la veáis en casa y apaguéis la tele a los cinco minutos. Yo lo he hecho infinidad de veces. No se caen los anillos. Pero creo sinceramente que es una película a tener en cuenta.


Ale pues. Portarse bien. Sed buenos.

P.D: acordaos de esto. Terrence Malick ganador del Oscar al mejor director en 2012